Resurrección
Dr. J.L Padilla, CHIVATAZO, 3 de abril.
La resurrección implica que se muere a lo viejo, a la concupiscencia, a la racanería, le damos muerte, no en el sentido de matarlo sino en el sentido de diluirlo, de disolverlo para que los componentes se re-acomoden como estructuras nuevas y se recicle de otra manera. A partir de ahí resucitamos. Le damos muerte a la racanería, a la envidia, a la comodidad, a la ambición. Y resucitamos a la colaboración, a la solidaridad, al empeño, al empuje, al ánimo…
Va a suponer entrar en otro reino porque nuestro reino no es de este mundo.
También es bueno ejercitarnos en un poema.
El poema es el ejercicio anímico espiritual
que, a través del verso,
es capaz de besar a Dios.
Hay que escribir ese poema y, a lo mejor, ocurre una transfiguración. Porque la consecuencia de ese poema es que ese sujeto se va a transfigurar.